Muchas corridas hemos sudado al punto que nuestras herraduras ya se ven gastadas.
Es el momento: es tiempo de observarnos y contemplar, y ahora al galope,
avanzar más aliviados, humanos y libres.

Pensando el fotoperiodismo.

Adrián Mariotti

miércoles, 2 de junio de 2010

El desarrollo de una estética en fotoperiodismo

Traducción del libro "Truth Needs No Ally. Inside Photojournalism" de Howard Chapnick
Resumen:
  • Antes de que pueda desarrollar una estética y encontrar un estilo propio, primero debe definirse usted mismo 
  • El desarrollo de una personalidad singular identificable es importante para el fotoperiodista.
      • El estilo también puede referirse a cómo la visión del individuo se refleja en su trabajo.
      • La estética norteamericana en Fotoperiodismo
      • La estética norteamericana que he llevado a cabo a través de los años admira la coherencia, el contenido y la composición. Detrás de esta teoría está la necesidad de verdad y objetividad, así como la creencia de que el foto-reportero sirve como testigo de la historia
      • La estética europea en Fotoperiodismo
      • El enfoque fotográfico de Christian Caujolle es representativo de la actitud europea contemporánea hacia el fotoperiodismo. Su generación se está alejando del "momento decisivo" (leer apartado especial1) de Cartier-Bresson.
      • "Las decisiones editoriales son decisiones políticas", dice CaujolIe. "No estoy interesado en la objetividad. Estoy interesado en las emociones del fotógrafo.
      • Para definir mejor la diferencia entre la estética de Norteamérica y la Europa, pedí a Christian Caujolle tomar dos fotografías de temáticas comparables y delimitar la diferencia. Se escogieron dos fotografías: una de W Eugene Smith y la otra por Robert Frank.
      • Mucha gente entiende mal o malinterpreta lo que Cartier Bresson significa con el "momento decisivo"
      • La fotografía de "La vida cotidiana" ofrece a los individuos más libertad para buscar su propia visión y la oportunidad de desarrollar un estilo reconocible.

      Antes de que pueda desarrollar una estética y encontrar un estilo propio, primero debe definirse usted mismo. ¿Cuáles son sus intereses más duraderos y preocupaciones más profundas?

      Sus intereses y preocupaciones se manifestarán y deben hacerlo en los temas que elija para  fotografiar y la manera en que lo haga. ¿Es usted una persona que le interesa la gente? Si es así, involúcrese con fotografiar los temas humanos. ¿Interesado en el medio ambiente? Busque cuestiones relativas a la preservación del mundo natural. Una persona aventurera podría buscar temas de riesgo. Conocernos a nosotros mismos es la base de un estilo genuino.

      El desarrollo de un estilo (sigue, clickear en Más información...)



      Estilo refiere al individualismo, lo distintivo y al don. Es lo que diferencia lo ordinario de lo extraordinario. A veces significa "personalidad": a veces aparece de manera natural, y en otros es cultivado por la gente de relaciones públicas. El desarrollo de una personalidad singular identificable es importante para el fotoperiodista. Los editores a menudo responden a la sola fuerza de personalidad del fotógrafo cuando reciben una idea o cuando eligen un fotógrafo en particular.

      El estilo también puede referirse a cómo la visión del individuo se refleja en su trabajo. El trabajo de grandes pintores, arquitectos y músicos se reconoce por este tipo de estilo. Picasso pintó en muchos estilos, lo que refleja los diferentes períodos de su creatividad y su búsqueda de nuevas formas de ver. Rembrandt, Renoir, Matisse y Andy Warhol todos tuvieron estilos artísticos inconfundibles. También lo tuvo Giacometti, Louise Nevelson, y Noguchi. La arquitectura de Frank Lloyd Wright, las letras de Cole Porter, y la música de Richard Rodgers, todos sirvieron para hacer de sus creadores paradigmas de estilo en sus respectivos campos.
      En la fotografía, también, buscamos el estilo reconocible. Diane Arbus tenía un estilo de confrontación, mayor aún por el tema elegido -freaks, monstruos, fenómenos. El  estilo de W. Eugene Smith se basó en el posible desarrollo calculado de su propia personalidad victimizada junto con su preocupación profesional por los efectos del claroscuro en sus copias. Ansel Adams dependía de reproducciones perfectas de sus temas, los paisajes vírgenes del oeste americano.
      Ken Heyman recientemente desarrolló un estilo "hipshooting" (¿filmación moderna?) que magnificó la casualidad más allá del alcance del ojo fotográfico.
      Para cada uno de estos fotógrafos, el estilo de sus fotos es dictado por el tema y la utilización de métodos que sean compatibles con su propia visión.
      Así hacen sus propias maneras de ver reconocibles. Uno no puede imaginarse a Diane ArbusKen Heyman, o Gene Smith  encontrando satisfacción en un paisaje estilo Ansel Adams. Para el fotoperiodista estadounidense que trabaja en un campo donde se exige la objetividad, el desarrollo de un estilo personal puede parecer un enfoque contradictorio. Pero a los reporteros gráficos en Europa se les animan a poner un sello personal en los eventos de noticias, por lo que un examen de las diferencias entre los dos códigos periodísticos puede ayudar a ampliar lo que los fotógrafos y editores norteamericanos están dispuestos a aceptar como fotografía de prensa. La estética de Norteamérica ya ha comenzado a dar cabida a un enfoque más europeo.

      La estética norteamericana en Fotoperiodismo

      Es difícil para el fotógrafo estadounidense desarrollar una mirada distintiva, ya que los valores periodísticos tradicionales realzan el contenido y la comunicación, en lugar del  estilo. La mayoría de los reporteros gráficos de Norteamérica son tradicionales y emulativos, en respuesta a las demandas editorial de fotografías directas e inequívocas.
      En el pasado, la Universidad de Missouri, que ha enseñado a muchos de los  más importantes reporteros gráficos de revistas y diarios de hoy en día,  ha suscrito firmemente a ese enfoque. Hoy en el fotoperiodismo de Missouri, los estudiantes son introducidos a la estética europea y a las ideas particulares de diversos grupos de fotógrafos.-

      Se les anima a estar abiertos a diferentes formas de ver y de expresarse, en lugar de estar obligados por las tradiciones del pasado o a las normas inflexibles.
      Bill Kuykendall, quien se convirtió en jefe del programa fotoperiodístico de  Missouri en 1986, habla sobre el pasado y el futuro del programa:


      “Durante los últimos treinta años, ha habido una especie de triunvirato que ha moldeado las mentes -la Universidad de Missouri (a través del certamen “La Foto Del Año”), el National Press Photographers Association NPPA o Asociación Nacional de Fotógrafos de Prensa (a través de sus concursos y seminarios educativos) y National Geographic (a través de su visibilidad inigualable como organismo normativo y la influencia de sus heroicos fotógrafos)- que define los valores profesionales y las metas para muchos de los recién llegados, a veces para bien, muchas veces para peor.
      Pienso a menudo en el libro de McLuhanesque, “Se convirtieron en lo que contemplaron”, cuando considero cómo este  triunvirato ha formado mis propios valores y los valores de muchos de los estudiantes que hoy se nos presentan. De hecho, aquéllos de mi clase de fotografía básica que tienen mayores problemas para descubrir formas de ver más frescas son los que ya han sido moldeados por el sistema de valores convencionales y que están muy decididos a engordar sus portfolios con la combinación adecuada de fotos de deportes, notas perennes, retratos de bajo perfil, e historias cortas.
      En un extremo del espectro de los estudiantes de hoy están los pobres pero brillantes estudiantes graduados sin experiencia fotográfica, un licenciado en inglés o en antropología, felizmente desconocedores de los ganadores del concurso mensual. En el otro extremo está el descarado y antiguo fotógrafo de anuario con título secundario, disparador de fotos de noticias y deportes, repleto de motores de cámara y lentes largos y luminosos, que a menudo ve a la universidad como un colegio de señoritas donde uno aprende a comportarse o un lugar para interconectarse y pescar unas pasantías.
      Es genial tener ambos alrededor. Afortunadamente, sin embargo, hay más y más de los primeros. Esto hace a una mezcla más saludable de ideas y a un dispar debate de la carrera que desafía a cada estudiante a mirar hacia adentro para encontrar las respuestas a la forma en que él o ella puede llegar a ser lo mejor que puede.”

      Fotoperiodistas estadounidenses han admirado durante mucho tiempo "el momento decisivo" tesis avanzada por Henri Cartier-Bresson, que exige la unión de todos los elementos de la fotografía en una estructura de composición formal. Esas imágenes son sencillas, narrativas y comprensibles. Piden competencia visual por parte del espectador, pero no piden nada más.
      Para aquellos que comparten mi filosofía de edición de imágenes, los eventos pasan ante el ojo del fotógrafo y la lente de la cámara. Y la obligación del fotógrafo consiste en destilar el evento y hacerlo inteligible y comprensible para el espectador de una manera objetiva. La estética norteamericana que he llevado a cabo a través de los años admira la coherencia, el contenido y la composición. Detrás de esta teoría está la necesidad de verdad y objetividad, así como la creencia de que el foto-reportero sirve como testigo de la historia.


      Pocos fotógrafos estadounidenses han optado por apartarse de la ortodoxia aceptada del fotoperiodismo tradicional en su búsqueda de estilos personales.
      La mayoría de los fotógrafos de staff en los periódicos estadounidenses son reemplazables, abogando por la misma estética fotográfica y periodística. Yo he, de hecho, siempre alentado una estrechez en materia de imágenes que ha hecho hincapié en una coherente competencia foto periodística en lugar de imágenes experimentales o ambiguas. Yo todavía adhiero a una filosofía periodística que sirva al fotógrafo y al público también.
      Un trabajo brillante puede ser hecho y se hace dentro de la definición estricta de los criterios periodísticos heredados. Los ensayos de LIFE de W. Eugene Smith tales como "Country Doctor" (doctor de campo), "Nurse Midwife" (enfermera partera) y "Man of Mercy" (hombre de misericordia) sobre el Dr. Albert Schweitzer, han inspirado a muchos fotógrafos. El “Needle Park" de Bill Eppridge es todavía recordado como un ensayo pionero en la interpretación de la devastación humana causada por la adicción a la heroína. Los premios Pulitzer se han concedido a los fotógrafos como Brian Lanker, por sus poderosas imágenes de una madre y un padre durante el parto, y a Anthony Suau, por sus polémicas imágenes de la inanición en Etiopía, que despertó la conciencia del mundo.

      La estética europea en Fotoperiodismo

      Hay muchas maneras de ver y fotografiar, y cada una tiene validez. Esto se hizo evidente para mí en 1985 y 1986 a través de mi asociación con Christian Caujolle, el editor de fotografía francés.
      El enfoque fotográfico de Christian Caujolle es representativo de la actitud europea contemporánea hacia el fotoperiodismo. Su generación se está alejando del "momento decisivo" (ver apartado2) de Cartier-Bresson. Robert Frank tiene un estilo altamente interpretativo. Este enfoque subjetivo y existencial ha revolucionado la fotografía en general y el fotoperiodismo en particular.
      Rudolph Wurlitzer, que escribió en Robert Frank, describió las imágenes de Frank como "imágenes de los caminos secundarios de la cultura, los márgenes de los ojos tristes donde el proceso de la vida es muy expuesto.... Nadie posa, nadie acomoda un objeto o elige su perfil. La muerte está aquí, y la celebración. La soledad y la esperanza, la decadencia y la poesía, el dolor y la supervivencia, y los raros momentos en que un hombre se tropieza con su propia esencia. Vidas congeladas e iluminadas y trascendidas por sus propias rutinas". Caujolle, ex director de fotografía del periódico francés Liberation, aplica el mismo criterio subjetivo de su trabajo en VU, la agencia de fotografía francesa que fundó. Distribuye imágenes de Liberation y ofrece cobertura de arte contemporáneo, política, costumbres y moda.

      En febrero de 1985, cuando servimos como jurados internacionales en el Concurso de World Press Photo, en Ámsterdam, Holanda, nos sentamos uno junto al otro durante cinco intensos días juzgando fotografías. A pesar del hedor creado por la seguidilla de cigarrillos fumados por Caujolle, no me tomó mucho tiempo darme cuenta de que estaba trabajando con un editor de fotografía con una intelecto poco común y una devoción hacia el fotoperiodismo. Juzgamos juntos otra vez en 1986 en Ámsterdam y subsecuentemente trabajamos como editores en Un día en la vida de Norteamérica. Estuve otra vez con él como uno de los jueces de la Beca W. Eugene Smith en Fotografía Humanista de 1986.
      Aunque Caujolle y yo a menudo no estamos de acuerdo, compartimos los mismos sentimientos acerca de la fotografía.
      "Las decisiones editoriales son decisiones políticas", dice CaujolIe. "No estoy interesado en la objetividad. Estoy interesado en las emociones del fotógrafo. Quiero que el fotógrafo piense en la mejor manera de expresar lo que pensaba y sentía sobre los acontecimientos que estaba fotografiando. Es responsabilidad de los editores averiguar cómo el fotógrafo se siente acerca de sus fotos y no utilizarlas fuera de contexto para justificar puntos de vista editoriales." A causa de mis conversaciones con Caujolle, comencé a cuestionar la rigidez de la demanda norteamericana de objetividad y no involucramiento. He llegado a ser más receptivo a la alegoría y al simbolismo y menos intolerante. Mientras que todavía busco la verdad evasiva en una fotografía, también estoy pendiente por la imagen inesperada que tiene mayor complejidad y poder de atracción. Los fotógrafos que experimentan y logran tratamientos más sueltos, menos rigurosos, más provocadores e impredecibles ofrecen mucho para el futuro de la fotografía norteamericana.
      El fotógrafo inglés Bill Brandt reconoció que la fotografía es aún un medio muy nuevo y que todo debe ser intentado y desafiado. Soñar, atreverse, probar, experimentar y sorprender: esos son los desafíos para los fotógrafos que quieren echar por la borda la previsibilidad visual.
      La fotografía de guerra contemporánea nos muestra cuán estáticos y poco imaginativos los fotoperiodistas estadounidenses se han vuelto. La ubicación de cada guerra puede cambiar, pero las fotos siguen siendo las mismas –clínicas y esperables por completo.
      "Estar ahí" ya no puede ser suficiente en un mundo visualmente sofisticado y hastiado de imágenes. Tal vez haya que ir más allá de los cadáveres que no hace mucho impactaron a un público que, desde Vietnam, ha sido servido con masacres televisadas en su cena.

      La estética norteamericana frente a la europea
      Para definir mejor la diferencia entre la estética de Norteamérica y la Europa, pedí a Christian Caujolle tomar dos fotografías de temáticas comparables y delimitar la diferencia. Se escogieron dos fotografías: una de W Eugene Smith y la otra de Robert Frank.
      Caujolle reconoció que comparar el trabajo de dos fotógrafos al elegir arbitrariamente una foto por cada uno es una simplificación excesiva. Ambas fotografías fueron tomadas en Carolina del Sur en la década de 1950. Aunque el tema de estas fotografías, las relaciones entre mujeres negras y los niños blancos, es el mismo, las situaciones sociales que figuran en cada uno son diferentes. La foto de Smith es de su "Nurse Midwife" (enfermera partera) ensayo sobre Maude Callen, una enfermera negra con licencia que dio cobertura médica a más de diez mil personas en una zona rural de cuatrocientos kilómetros cuadrados de Carolina del Sur, publicada en la revista LIFE. La de Frank es de una niñera negra y su cargo blanco en Charleston, y aparece en su libro The Americans.
      Aquí está la opinión de Caujolle sobre estas dos fotografías:

      “Para mí lo más importante es la diferencia en el enfoque de los dos fotógrafos a su tema en común. La foto de Frank es un simple tiro directo centrado en dos personas que romantiza las cuestiones de la desigualdad racial y la segregación. Frank está de viaje, parando para fotografiar pequeñas viñetas que lo tocan emocionalmente.
      La fotografía de W Eugene Smith también habla sobre las relaciones humanas. Pero la elaboración de Smith y el enfoque incluyen mucha más información que el retrato de Frank. La foto de Smith es más precisa y, por tanto, periodística en su contenido, y que despierta una emoción diferente en el espectador. Smith está presentando un informe, contando una historia.
      Estas dos fotos son bellas en su estética y contenido emocional, así como en su humanidad y honestidad. No pienso que una es mejor que la otra. Sirven como ejemplos de primer orden de dos diferentes tradiciones -europeas y norteamericanas- para demostrar las inmensas posibilidades creativas al mirar el mundo a través de una cámara.”


      La falta de detalles específicos en la figura de Frank deja extraer diferentes emociones en los diferentes espectadores en función de los condicionantes personales de los observadores. Smith, el narrador puro, proporciona gran parte de información específica, crea una imagen muy clara de lo que está pasando, y pide al lector que acepte su evaluación del momento. Esta especificidad le permite controlar la respuesta.
      La discusión acerca de estos dos cuadros y estos dos fotógrafos nos lleva a la conclusión familiar de que la verdad no es absoluta, que hay diferentes tipos de verdades, la emocional frente a la fáctica. No importa cuán arduamente tratemos de eliminar la ambigüedad, es un componente inherente de cada fotografía. Tanto más en la foto de Frank, donde la imagen se centra en la relación del niño blanco con la niñera negra sin información periférica que nos dé un sentido de lugar o hechos contextuales adicionales. Por lo tanto, debemos confiar únicamente en nuestra propia respuesta a la imagen. Las pruebas fácticas en la imagen Smith dejan poco trabajo para hacer por nosotros. Maude Callen, presentado por Smith, es sólo una sirvienta excedida de trabajo de su tiempo.


      Momentos decisivos  y no decisivos
      En la introducción de Fotografías y Anti-Fotografías de Elliott Erwitt, John Szarkowski, ex curador de fotografía en el Museo de Arte Moderno de Nueva York, escribió: "En comparación con los grandes temas de la época, el tema de las imágenes de Erwitt es de hecho poco importante. Sus simples instantáneas no son más heroicas que las desafortunadas y desarregladas vidas de los individuos. Se refieren a los espacios vacíos entre los acontecimientos -con los  no-cruciales  no-eventos.... Durante su inactividad se bloquea el presentimiento de una metida de pata. A partir de estas inmemorables ocasiones, Erwitt ha destilado, con ingenio y gracia y claridad, el momento no decisivo (¿poco importante?)”. Para aquellos que han honrado el "momento decisivo" de Henri Cartier-Bresson en fotografía, este hecho es una herejía. Pero aún cuando estoy en desacuerdo con John Szarkowski, me hace pensar. Así que he estado pensando en "el momento indeciso". Pienso que el fotoperiodismo se ha convertido en excesivamente preocupado por "la captura de momentos". Mucha gente entiende mal o malinterpreta lo que Cartier Bresson significa con el "momento decisivo". Para él, fue el momento en que la forma, el diseño, la composición, la luz, los elementos, y todos los acontecimientos se conjugan en un todo unificado en un momento preciso y perfecto para el fotógrafo. Nosotros estadounidenses, sin embargo, hemos tendido a equiparar "momentos decisivos" con el máximo impacto dramático derivado de expresiones físicas impactantes. Buscamos los momentos de nacimiento, de muerte, de confrontación y de violencia. Hay más en la documentación de la condición humana que la crónica de eventos dinámicos en momentos decisivos (decisivo: adj. que tiene consecuencias importantes). La mayor parte de nuestras vidas carecen de ellos. Somos muy ordinarios, haciendo cosas ordinarias, en el extremo opaco del tedio. Para los periodistas visuales, tal vez ha llegado el momento de repensar las bases filosóficas que determina no sólo cómo fotografiamos sino qué fotografiamos.
      Es relativamente fácil encontrar temas cargados visualmente en los titulares de la semana -el terremoto de México, el huracán Gloria, la guerra entre Irán e Irak, la hambruna en Etiopía, la invasión de Kuwait por Irak, la caída del Muro de Berlín y similares. Respeto a cualquier persona que cubre esos eventos y produce imágenes fuertes. Hay, sin embargo, un reto mayor para el fotógrafo que utiliza lo cotidiano como su escenario. Aquí es donde los "momentos no decisivos" se encuentran, en las experiencias diarias de personas que pasan por las rutinas repetitivas que constituyen gran parte de nuestra existencia.
      Momentos no decisivos se pueden fotografiar con decisión. El ensayo de W Eugene Smith “Pueblo Español” es un ejemplo clásico. Smith documentó las cosas de la vida con profundidad, inteligencia, forma, contenido y significado. Los momentos no decisivos están a nuestro alrededor, en espera de un fotógrafo atento y enérgico con una cámara para disparar. La fotografía de "La vida cotidiana" ofrece a los individuos más libertad para buscar su propia visión y la oportunidad de desarrollar un estilo reconocible.

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